EL DIA DE LAS RANAS

FINDE EN EL PUEBLO CONECTANDO CON LA ENERGÍA TIERRA

Quiero compartiros mi vivencia del pasado fin de semana en el pueblo visitando a la familia.

Para acompañar a la Luna Nueva en Virgo, el viernes hacía una noche preciosa, calmada, temperatura agradable, una noche estrellada sin apenas contaminación lumínica, como hacía tiempo que no tenía la oportunidad de disfrutar.

Bien acomodada en la hamaca me extasié mirando la bóveda celeste con su baile de constelaciones, hasta una estrella fugaz quiso hacerme un guiño regalándome su presencia. Con esa calma y bienestar me fui a dormir como un lirón.

El sábado lo dediqué a tareas re colectivas de los productos y materiales que nos ofrece nuestro hermoso planeta, piñas, palitos, piedras mientras picoteaba moras. Estos materiales los utilizamos en el taller de manualidades que está a punto de empezar (vuelta al cole).

Y caminando por el campo llegue a una charca donde sus habitantes estaban plácidamente tomando el sol hasta que llegué a incordiarlas, las ranas. Con su croar me transportaron a las vacaciones de mi infancia cuando nos pasábamos el mes de agosto en casa el abuelo, el mismo pueblo en el que ahora pasa los veranos mi padre y mi familia.

Pues había un día en el que mi primo, mi hermana y yo preparábamos excursión a otro pueblo cercano donde vive un tío nuestro que a su vez en aquel entonces vivía con dos tías solteras.

“Era el Día de ir a Pescar Ranas”.

Todos los años que lo hicimos el ritual era el mismo, después de desayunar preparábamos las cañas, unas varas flexibles a las que atábamos una cuerda y la cesta, así nos encaminábamos al pueblo de al lado a visitar al tío y a las tías y por supuesto a la pesca de la rana.

Pasábamos la mañana ayudándoles en sus quehaceres diarios y después de comer nuestro tío cortaba pedacitos muy pequeños de jamó, que era el cebo para la caña y las tías el bocata de la merienda.

Con todo este arsenal nos íbamos los tres a la salida del pueblo donde hay una charca grande llena de ranas, pasando la tarde entre risas, juegos y ranas. No pescábamos muchas pero un puñado de ellas acababan en la cesta.

Cuando llegábamos de vuelta a nuestro pueblo estaba cayendo el sol y nosotros estábamos eufóricos con nuestro botín, con el que mi tía nos preparaba muerta de asco un rico guiso de ancas de rana porque mi madre se negaba en redondo.

Hoy este pasatiempo es impensable pero de aquella era políticamente correcto.

Esto es la energía Virgo con sus detalles y todos sus habitantes.

¿Estáis teniendo vuestro momento Virgo además de trabajar y planificar como una hormiguita? (que también representa esta energía).

Recuerda que volver a la Madre Naturaleza es Salud.